viernes, febrero 10, 2006

225 Golpes..




He aprendido a lanzar mis horas contra el horizonte, y que no me retornen minutos pertreñados de silencio.
Y que la cadencia que oigo en mis sienes no sea constante, sino con altibajos, como un vals de final apoteósico en el que los bailarines no dancen, sino que se deslicen en un movimiento sinuoso de notas perdidas.
225 notas, doscientos veinticinco golpes y me he dado cuenta de que estoy sola, pero ya no me engulle como un perro amaestrado, lenta e incansablemente, cercenando con cada mordisco una pequeña porción de mi alquimia. Ahora me mira con el temor del animal salvaje que se enfrenta a su rival, entrechocando las astas, con la certeza segura de que no va a cejar hasta las más absoluta de las rendiciones, que cuando la savia vital gotee de sus entrañas, yo reiré a carcajadas, miraré sus pupilas verdes y escupiré en su vientre.
225 golpes y abro las puertas...
Lo. (Deseos)

1 comentario:

onlysnow dijo...

Como tiene que ser.
El 226 se sabrá amortiguar o no. Pero seguro que no hace tanto daño.

Yo aún estando sóla no lo estoy. Siempre digo que estoy conmigo misma, con mis pensamientos, mis sensaciones y mi misma mano que es la que pende de la propia. Ya es mucho.