viernes, febrero 17, 2006

Ausencia de protocolo


Hay un momento íntimo y sereno, en el que los ojos no les da por entregarse a la acuosidad lacrimal, en los que ese dolor sordo que se instaló como un inquilino sin nombre y que vive a medias entre la planta corazón y garganta se ha tomado un día de asueto.
En los que la razón, tiene en ese momento un hilo tenso y tirante que le permite andar sin mirar al vacío. Y haciendo gala de un valor irreductible comienza a dar pasos hacia la palabra..... despedida.
No entiende esa valentía nacida de la nada, cuando todo es tan fácil como estar abocado a la absoluta placidez de ver pasar los días frente a la ventana sin mover un dedo, pestañeando de vez en cuando para no quedar aterido.
Pero ya no se engaña; Cada mañana cuando se ve de cuerpo entero en el espejo, cuando espera un consuelo y recibe un quejido. Cuando tiende la mano y se queda allí muda, rozando la espalda que se aleja.
Y hay que ser muy valiente para decir un ..... Ya no te quiero.

( Cayó el lastre, se olvidó la punzada, nos abrazamos y nos perdonamos por ser humanos... por ser imperfectos)

LO. (Ruina convertida en Deseo)

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Espléndidos vuestros escritos, felicidades.

Anónimo dijo...

Vuelvo a pasearme por vuestro rinconcito. Entendi el otro dia que habias puesto la musica pero veo que no es asi. Ya visité vuestro space en msn. Me ha gustado mucho. Siento no poder comentaros todo lo que me apetecería pero la falta de tiempo no es el mejor aliado. Nos leemos