miércoles, febrero 01, 2006

El Baile de Máscaras


Las máscaras son mis objetos de culto, me atraen de una forma sospechosamente intensa, sin embargo no poseo mas que la de diario.... A veces, y siempre bajo coacción o interacción de algún ser querido, delimito el tiempo de pose a recorridos pequeños por calles muy transitadas.
Luego con un gesto desdeñoso la guardo bajo el abrigo, y la olvido hasta un día después. Nunca, nunca salgo sin ella, su calor me protege, su firmeza me apacigua, sus bordes irregulares dan sentido a mis gestos; Y al final del día, la guardo junto a mi cama, que hoy por hoy es el lugar mas calmo de mi casa. Y si algún día, no lo quiera el destino, la extravío por entre los vericuetos de esta vida que no me da tregua, es que ya no seré el yo de hoy, sino uno nuevo, mas perfecto e inmortal.

El último acto habrá terminado... 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Persona quiere decir màscara, y cada uno de nosotros tiene muchas. ¿Hay realmente una verdadera que pueda expresar la compleja, ambigua y contradictoria condiciòn humana? Siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y seguramente solo, pues hay en el algo tràgico, quizàs hasta sagrado, y a la vez horrendo y vergonzoso. Siempre llevamos una màscara, que nunca es la misma sino cambia para cada uno de los lugares que tenemos asignados en la vida: la de profesor, la del amante, la del intelectual, la del hèroe, la del hermano cariñoso. Pero ¿què màscara nos ponemos o que màscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?. Acaso el caràcter sagrado de ese instante se deba a que el hombre està entonces frente a la Divinidad, o por lo menos ante su propia e implacable conciencia.
¡Cuàntas làgrimas hay detràs de las màscaras! ¡Cuànto màs podrìa el hombre llegar al encuentro con el otro hombre si nos acercàramos los unos a los otros como necesitados que somos, en lugar de figurarnos fuertes! Si dejàramos de mostrarnos autosuficientes y nos atrevièramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo, como muertos de sed que somos en verdad; ¡cuànto mal podrìa ser evitado!...
Ernesto Sábato "La Resistencia"
extracto
Con Amor para ambos .

onlysnow dijo...

Y digo yo...¿no es menor el esfuerzo si uno se muestra tal y como es?. ¿Y que pierdo?. Gano. Gano identidad en mí y con, por el otro.