jueves, mayo 11, 2006

LA METAMORFOSIS.



A veces en días especiales como el de hoy, me tomo la cortesía de demorarme unos minutos en cualquier lugar mirando sin ver, y escuchando cualquier canción que la radio quiera brindarme. Suele ser en ese preámbulo de las 12, en la hora que el reloj corta el día, en el que ya hemos atajado la mitad, en el que ya es tarde para muchas cosas, en el momento en que la mañana deja de ser mañana y se convierte en mediodía.

Hoy con la memoria sonando en mis oídos, he pensado en esa capacidad de lucha que seguía envuelta en celofán como el primer día. Y que rasgué de un solo golpe al notar las sacudidas de la asfixia.

Apenas hace un año desaté los nudos de la existencia vaga en la que vivía, para enfrentarme a los ojos de la realidad, para volver a ser yo, sin menoscabo, sin molde que me embutiera.
Y sin mas equipaje que el miedo en los talones, firme decisión y un puñado de razones.

Casi se avecina el aniversario, es extraño pensar que han pasado todos estos días, todas estas horas, y casi .... sin percatarme.
He cambiado tanto que ni yo misma me conozco cuando la imagen que me mira desde el otro lado del espejo, me hace guiños festivos. Y le concedo otro minuto al pensamiento para verme en esta metamorfosis. He cambiado... sí.

Y estoy celebrando la victoria.

Lo. (Deseos)





4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cambiar, mutar y percibir los imperceptibles y pequeños cambios del traslado.

Siendo lo que somos, admitimos lo que fuimos y porqué llegamos a serlo.

*********
- Cómo he llegado aquí?. Se preguntó la niña de ojos claros.
- Subida en mi lomo. (Oyó que le contestaba un viento a veces inmisericorde y otras locuaz compañero de viaje). - Perdona las sacudidas y los baches.

Anónimo dijo...

Celebrar la victoria sobre el naufragio, es pertenecerle de otra manera. El mar cobra su tributo pero el viaje es largo y cada día diferente.
Lo que hacemos, nos hace. Lo que vivimos, a medias. Lo que sentimos somos.

Anónimo dijo...

esto me recuerda a narciso mirandose reflejado en el estanque, y diciendose que guapo soy, que importante soy, sin que nadie me importe, solo yo, yo, yo, yo, yo. ¿cual sera la derivada de la funcion Narciso(yo) cuando el yo tiende al infinito? ¿Quiza a la ruina?

Ruinas y Deseos dijo...

La reflexión del yo es necesaria para ese equilibrio fundamental, el valorar las acciones y/o hechos y sentir que ha sido lo adecuado.
NI mas ni menos...
Narciso ni queria, ni deseaba ver mas allá de sí mismo, ni la inteligencia ni la belleza son la llave del exíto y la felicidad absoluta (inexistente por cierto).
Hablamos de distintos "equilibrios" de distintos hechos, de distinta geometría. Quizás encontraste vanas y veleidosas mis palabras.
Lo siento, ¿pero, como responder a un ser "anónimo"?