
Pereció en los mares de locura. En su ansia de arribo a múltiples orillas perdió el horizonte entre banales costas de impresión placentera.
Su búsqueda impaciente, de playa calina donde otear lejanías constantes prístinas y suaves. Donde la letanía de las olas relajase su alma y apaciéntase su memoria.
Pero...
Se perdió por el laberinto de malezas sin arrancar, de maltrechos pasajes embarrados que lastimaron sus pies descalzos. Rodeó la isla mil veces, vio sirenas y monstruos, rozó espejismos con la punta de los dedos.
Y empezó a charlar con los animales......
Sembró sabores en la parte alta, en el comienzo de la Isla, y continuó saborizando sentidos, añadiendo connotaciones cotidianas sin darles alternativa de conjugación.
Y empezó a charlar con los animales......
Murió el náufrago inaudito y protagonista.
Que los vientos del Este acaricien su rostro.
Lo. (Deseos)
1 comentario:
Gracias Lo.
Buen viaje.
Ra.
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